domingo, 24 de noviembre de 2013

Ensayo: "El arte en la escuela"

Ensayo. Noviembre 2013
Para pensar y replantearse. 

¿QUÉ LUGAR OCUPA EL ARTE EN LA ESCUELA?

El arte, en sus distintos lenguajes, se hace presente de diferentes maneras en nuestra vida cotidiana. Estamos rodeados de él. Sin darnos cuenta nos atraviesa constantemente. Un bostezo, combinado con una rascada de cabeza y tres estornudos, se hace danza; unos tacones que al caminar hacen música junto con las llaves que cuelgan de nuestros dedos; las pinturas que guardamos del jardín de infantes; las fotos de los actos en los que hemos representado a las damas antiguas o Cristóbal Colon… Todos en mayor o en menor medida hemos tenido a lo largo de nuestras vidas acercamientos al arte, los tenemos a diario pero hace falta tener el ojo entrenado para notarlo. No se encuentra solamente en los museos, lo que está ahí no es más que un recorte de lo que la sociedad contemporánea cree que es arte. Se encuentra en las calles, en nuestras casas, en nuestro cuerpo. No existe arte sin hombre y me atrevería a decir que tampoco hombre sin arte. Los niños aprenden primero a bailar al ritmo de una canción, a disfrazarse de algún personaje que les gusta,  a pintar por placer, a “hacer música” con lo que tienen a mano antes que hablar, restar, multiplicar o aprender la geografía del mundo.  El arte está inherentemente vinculado al hombre, es un aspecto central en su vida, por eso me parece de suma importancia plantearme desde mi lugar de futura docente cuál es el lugar que ocupa en el sistema educativo, cómo es visto en comparación con otras disciplinas y por ultimo si es una herramienta que pueda ilustrarnos, en términos kantianos.

Quisiera comenzar con el análisis del lugar que tiene el arte en el sistema educativo y  para poder abordar esta cuestión debemos detenernos en dos aspectos. Primero aclarar que entendemos al arte en por lo menos cuatro de sus lenguajes –teatro, danza, artes visuales, música- y segundo, determinar qué es el sistema educativo. Según el Marco General de la Política Curricular de la Dirección General de Cultura y Educación el término hace referencia a las instituciones públicas de gestión estatal y privada de todos los niveles y modalidades que se desarrollan en los distintos ámbitos, mediante las cuales el Estado garantiza el derecho social y universal a la educación. Históricamente el arte ha ocupado un lugar periférico en los diseños curriculares en relación con las áreas que se consideran centrales, hace décadas que se lucha para que eso deje de ser así. Finalmente se ha logrado que hoy en día los Diseños Curriculares prescriban que en todos los niveles de enseñanza los alumnos deben tener distintos lenguajes artísticos en su formación.
Pero, ¿cuál es la importancia de su presencia en los proyectos educativos?
Cualquier lenguaje artístico desarrolla y enseña conceptos vinculados a aspectos de espacio, de tiempo, de dinámica, energía, etc., que se relacionan con otros campos de conocimiento y que pueden ser aplicables en diversos ámbitos del conocimiento. Pero la especificidad del arte, es decir aquello que le es propio y que otros saberes no aportan, es la capacidad que tiene para constituirse en una dimensión poética de la realidad, la posibilidad que brinda de generar imágenes poéticas que modifican la percepción. El arte permite trascender en la separación entre campo sensible e inteligible. Propicia la generación de una percepción más compleja, promueve identidad y enseña conceptos claves en el desarrollo de la conciencia y el universo simbólico. Por consiguiente el conocimiento artístico considerado en los proyectos educativos garantiza la participación del ciudadano en la cultura, algo que me parece sumamente importante para el crecimiento de un país. Un ciudadano que participa en la cultura es un ciudadano que tiene ganas de conocer cómo se maneja el sistema, de proponer diferentes maneras de trabajar, de observar, discernir y elegir.
El conocimiento científico -desde el paradigma positivista, es decir desde la racionalidad teórica- no es suficiente para conocer la realidad que nos rodea, tan compleja y repleta de sentidos y mensajes implícitos. Sin embargo hay pensamientos divergentes respecto a esto. Lo cierto es que todo tipo de conocimiento ayuda, ninguno es más apto que otro para abordar la totalidad de la realidad, se complementan. Silvio Gallo dice que ni el arte, ni la ciencia, ni la filosofía nos prometen certezas, pero si nos invitan a pensar, a experimentar. Yo creo que la ciencia no invita a pensar mucho más allá de lo ya pensado, nos atrapa encegueciendo. Hay quienes creen que no hay otro tipo de conocimiento aparte del científico, hay quienes abren la mirada a otros campos y están los que fielmente consideramos que el conocimiento artístico es el que permitirá la lectura de múltiples maneras. En correlato con este tema se abre una nueva cuestión: ¿cómo es vista la Educación Artística en la escuela? En el imaginario social encontramos –desde mi punto de vista- tres maneras de percibir al arte en las escuelas:
·         Espacio dedicado al ocio, a la recreación. Se considera una pérdida de tiempo ya que se podrían dedicar esas horas a otras disciplinas que “realmente valgan la pena”.
·         Espacio destinado a la creatividad, a la libre expresión, al goce, considerado  auxiliar y complementario con otras materias.
·         Espacio disciplinario a la altura de cualquier otra área. Con sus propias leyes y características. Una forma específica de conocimiento.

De esta última mirada hay muy pocos creyentes. Quizás por ignorancia. Quizás por no conocer qué busca en la escuela el arte. Este es el punto que más me interesa porque creo que es una pregunta clave para poder comprender hacia dónde va la práctica docente de los lenguajes artísticos para poder habitar un espacio para y con el arte en busca de un cambio de concepciones. Siempre pensándolo como posibilidad y no como determinación, una posibilidad de las más acertadas y enriquecedoras.

Las materias de artística en la escuela no buscan formar artistas, no es eso lo que propone el Diseño Curricular, como tampoco propone formar médicos, matemáticos, letrados o geólogos. El arte siempre ha trabajado con la realidad, la realidad vista con distintos lentes. Por lo tanto podemos decir que la realidad es interpretable. El arte en la escuela entonces, buscará desarrollar la capacidad de abstracción para poder hacer una lectura de dicha realidad, la construcción de un pensamiento crítico y divergente para pensarla y analizarla, la capacidad de elección de apropiación de valores culturales y la elaboración y comprensión de mensajes significativos. Preparará a las personas para no dejarse persuadir por los mensajes del sistema, del poder, de la hegemonía.
El arte invita a pensar, a no quedarse con lo que está dicho, a cuestionar la seguridad de lo ya pensado. El arte tal vez es una herramienta para llegar a la Ilustración.
Emmanuel Kant, explica el concepto de Ilustración como la salida del hombre de su minoría de edad, entendiendo a esta como la incapacidad de servirse del propio entendimiento por falta de decisión y ánimo. Me parece útil a mi teoría pensarla como el replanteo de aquellas creencias o verdades absolutas que el hombre acepta, entonces sí, el arte debe servir de herramienta para que el alumno se ilustre. Ese es el lugar que debe ocupar en el sistema educativo. Intentar formar personas que tengan la inquietud de mirar con otros ojos lo que se le presenta. Me interesa en el punto en que al hacerlo se van a abrir un montón de otros caminos para seguir eligiendo en qué creer, qué pensar, cómo actuar, replantearse el lugar que uno elige tomar y todo aquello de lo que no se atrevería a dudar nunca. De esta manera seria más difícil tener un pueblo que se pueda persuadir, un pueblo menor de edad.

Pero son los futuros docentes y los docentes los que debemos trabajar para guiar ese proceso. Michel Onfray nos diría que acudamos al modelo de enseñanza socrática y considero que es un buen recurso para inquietar a los alumnos con preguntas que los lleven a mirarse dentro de un todo que está en constante movimiento.
Pensar en una política educativa desde este lugar puede ser un buen camino para determinar qué espacio habitar desde el arte en la educación.

A modo de conclusión podemos pensar que a pesar de que hemos dicho que muchas cosas fueron ganadas en los años anteriores, todavía es menester trabajar más sobre el imaginario social de la gente respecto del arte en las aulas. Defender al arte como un saber escolar relevante, incluso en ámbitos educativos es el camino que permitirá abrir nuevas puertas. El arte tiene responsabilidad social, y debe tener en cuenta esto en las aulas. Pensando que puede transformar a la sociedad, y que la sociedad puede transformarlo o, lo que es mejor aún, que puede transformarse, mirando con ojo crítico a sus tutores.


Para terminar me atrevo a preguntarles ¿se puede seguir pensando que el arte debe ocupar un lugar periférico en la educación? 

Mara Ortiz
Estudiante de Danza Contemporánea y Profesorado de Danza Expresión Corporal