martes, 29 de octubre de 2013

Hoy escribe: Esther.

Mamá escribe desde muy joven, y lo hace muy lindo (no lo digo por ser su hija. O sí. Se me cae la baba)

Abro un segmento nuevo para dejar registro de sus notas de vida:
"Hoy escribe: Esther, Mamá."


"De todas las interacciones posibles, la que mas me asusta es la del final del camino. 

No es a ella a quien le temo, es más, me encantaría me sorprendiera en el mejor de mis días, en uno de esos soleados, donde la gente vive, los niños juegan al aire libre y los pájaros comparten su canto.
Sí, me gustaría que llegara silenciosa después de un delicioso almuerzo con ellos, o quizás en un sueño nocturno, rodeada de duendes, hadas y piratas.

Podría tocar a mi puerta en ese momento culminante, donde el cuerpo, la mente y el alma se fusionan... una hoja antes del desenlace de una novela de amor... de un cuento! y entonces, viviría construyendo posibles finales donde refugiarme. No, no le temo a ella, la espero. Creo fantasías en torno a ese día, la imagino esbelta, radiante y virtuosa. 

Anhelo un encuentro fugaz, no quiero que se acerque lento, ni quiero sentir sus pasos detrás, no quiero el previo aviso que me lleve a cuestionarme cosas que ya no tienen remedio ¿para qué?.

Sí, quiero me sorprenda... la espero... 

Pero hay algo a lo que sí le temo de ese momento, lo pienso y la siento. El aire me falta, mis ojos se nublan, me sudan las manos y mi corazón... 
Le temo a buscarte, a no encontrar tus ojos... llenitos de arrugas.

No, no le temo a ella... lo que mas me asusta es no encontrar tu mirada antes de partir."

28 de Octubre de 2013. 
De nueve a diez de la mañana.
Pidió silencio, pidió sinónimos, pidió escucha.
Nota sin título. Pregunte cuál era y respondio "...No me gustan los títulos  los títulos determinan".






lunes, 14 de octubre de 2013

¿Qué ves?



Catalina
 Victor Janota

Renzo Luna Chima 

Renzo Luna Chima
Renzo Luna Chima



 Renzo Luna Chima

Catalina

Catalina
Catalina







 Renzo Luna Chima


 Victor Janota


 Victor Janota




El fotógrafo tiene ese don de poder dejar registro de cómo ve con sus ojos. 

Elije, edita, deja que veamos con sus lentes el mundo que él ve. 
Paraliza momentos, instantes, que el movimiento se lleva en el bolsillo. Los pone frente a nuestros ojos y nos invita a prestar atención, a sorprendernos, a disfrutar o repugnar, a sonreír o llorar. 
Nos invita a mirar con ojos que pregunten qué mas hay.

El fotógrafo tiene el don de hacer eterno un instante.
Lo que él registre no morirá. 
Nunca.